lunes, 29 de enero de 2024

ADEM-DC con usted. Matemáticas, Estudios Sociales y Educación Cívica.

 

 







Contáctanos YA:

 

Estudios Sociales y Educación Cívica

WhatsApp 87016907

 

Matemáticas

WhatsApp 60570037







lunes, 1 de enero de 2024

Planeamientos mensuales y unidades didácticas por competencias 2024

 

Contáctarnos YA:

Estudios Sociales y Educación Cívica: WhatsApp 87016907

Matemáticas: WhatsApp 60570037

Tenemos a su disposición el planeamiento didáctico mensual por competencias y su desarrollo a manera de unidad didáctica, con las rúbricas para evaluar el trabajo cotidiano en Estudios Sociales, Educación Cívica y Matemáticas, con recursos educativos: resúmenes de contenidos, vídeos, gráficos, cuadros imágenes, preguntas generadoras. Todo acorde con lo que pide el programa de estudio y las asesorías nacionales del Ministerio de Educación Pública.

 


lunes, 6 de septiembre de 2021

martes, 29 de noviembre de 2016

Libro Guanacaste: región e historia 1786-2015

In memorian al Dr. Juan José Marín Hernández, se los recomiendo:



Editorial Alma Máter (ELAM)
Tels: (506) 22225558/ (506) 8830-2996
San José, Barrio La Soledad,
150 mts al este del Consejo Municipal,
(Paseo de Los Estudiantes)
Calle 13, Avenida 14, casa esquinera 1183

miércoles, 17 de julio de 2013

Didáctica de la Historia, un libro para profesores

Tomado de El Observatodo: http://www.elobservatodo.cl/node/27606
                                                                                                                  
                                                                                                         Debe dar clic en la siguiente imagen
                                                                                                        para descargarlo
Por Gabriel Canihuante

El Dr. Fabián Araya, académico de la Universidad de La Serena (ULS), dirigió en 2011 un curso de capacitación a distancia para profesores de Costa Rica, titulado “Metodología de la enseñanza de la Historia” con duración de un semestre, en el que participaron decenas de maestros de ese país centroamericano.

Esa fue una actividad que contó con el apoyo del Colegio de Licenciados y profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Arte (COLYPRO) de Costa Rica y el Departamento de Ciencias Sociales de la ULS. Uno de los frutos de ese ciclo es el libro recién publicado por la Editorial de la ULS, “Didáctica de la Historia. Experiencias para el Desarrollo del Pensamiento Temporal en Estudiantes de Costa Rica”, cuyos compiladores son la Lic. Alejandra Barquero (COLYPRO) y el Dr. Araya.

El texto -que tuve el privilegio de editar- reúne, en sus 230 páginas una serie de 26 experiencias desarrolladas por docentes de diversas ciudades costarricenses, orientadas a cuatro ámbitos específicos, que dan forma a los capítulos de esta obra: Historia Universal; de América; de Costa Rica y Local.

Se trata de experiencias y textos desiguales, resultado de diversos factores como la calidad del trabajo docente mismo (dedicación a la práctica, respuesta del grupo curso, sinergia entre docente y estudiantes, recursos para la concreción de la propuesta), la densidad y profundidad del trabajo teórico y la calidad de redacción del trabajo, el que constituyó un requisito esencial para aprobar el perfeccionamiento virtual.

Uno de  los puntos valiosos del libro es que esta diversidad lo enriquece, lo muestra como el resultado genuino de un curso real, no obstante el trabajo a distancia mediante una plataforma electrónica (e-learning).

Otro aspecto destacable es que el libro, como resultado o producto, valida también la actividad, la hace tangible, replicable y se transforma en una poderosa herramienta de extensión universitaria ya que cualquier docente -chileno, “tico” o de otro país hispanoamericano- podrá basarse en esas vivencias para construir aprendizaje con sus propios alumnos.

Quienes participaron en el curso tuvieron la oportunidad de generar y obtener conocimiento en red al ser parte de una comunidad “donde aparece una especie de inteligencia emergente… la comunidad virtual desarrolla un conocimiento común construido mediante aportes individuales, pero que sobrepasa el conocimiento individual”, según explica la académica Yudi Herrera, en el artículo introductorio al libro.

La visita a museos, la proyección de películas, la construcción de blogs y la creación de líneas de tiempo, son algunas de las propuestas que los docentes-estudiantes desarrollaron con sus alumnos. El relato de lo que ello significó, con una introducción, un resumen de la propuesta, objetivos, actividades, recursos, fortalezas y debilidades y su correspondiente bibliografía dan vida a esta “Didáctica de la Historia”.

                                             Comentario de Marvin Carvajal Barrantes 
               (Debe dar clic en la siguiente imagen)


lunes, 24 de junio de 2013

La historieta como un recurso educativo en el salón de clases

 El proceso de enseñanza y aprendizaje de la historia

Marvin Carvajal Barrantes
Junio de 2013

El propósito es confrontar el discurso histórico y el material didáctico consignado en la historieta denominada Campaña Nacional de 1856-1857 (escrito e ilustrado por Raúl Arias Sánchez y mediado por el Asesor Nacional Anger Smith Castro) con  el marco procedimental que define el artículo titulado Los procedimientos en Historia. Una secuencia psicológica y lógica en la enseñanza de los Estudios Sociales, escrito por F. X. Hernández i Cardona \ C. Trepat i Carbonell, tomado de Cuadernos Pedagógicos. 

Antes de iniciar con dicho análisis, se debe valorar el concepto de educación desde la enseñanza de la historia.




sábado, 16 de junio de 2012

El Acta de Cartago e Iturbide: 29 de octubre de 1821


 

Dr. Juan Rafael Quesada Camacho
Historiador






Poco antes de conocerse en Costa Rica los sucesos acaecidos en septiembre de 1821 en Guatemala, Juan Manuel de Cañas, último gobernador de la provincia de Costa Rica, y enemigo acérrimo de la independencia, expresaba la certeza de que tarde o temprano se levantaría el grito de la independencia. Por eso se hacía partícipe del criterio del Capitán General de Guatemala, Gabino Gaínza, de que ponerse a la sombra del General Iturbide (Augustín) era el último recurso que quedaba para mantener la integridad de la monarquía española, para lo cual, él, Cañas, estaba dispuesto hasta derramar la última gota de sangre.

Ponerse a la sombra de Iturbide significaba, en esa coyuntura, aceptar los términos del Plan de Iguala, proclamado el 24 de febrero de 1821, por Agustín de Iturbide, el cual decretaba la independencia de la Nueva España, pero a la vez establecía un imperio, cuyo trono se ofrecería a Fernando VII –el mejor de los reyes, según decían los cartagineses a mediados de 1821- o en su defecto, a un príncipe español (Iturbide se proclamó emperador en mayo de 1822).

Por su parte, los leoneses (Diputación de León, Nicaragua) estaban más preocupados por distanciarse (protegerse) de Guatemala, que por emitir gritos de independencia. Ejemplo de ello es el conocido Bando de León o Acta de los Nublados, del 28 de septiembre de 1821, el cual era radical al declarar: la absoluta y total independencia de Guatemala, que se ha erigido en soberana. Y a renglón seguido acordaba la independencia del Gobierno Español hasta tanto se aclarasen los nublados del día… ¿Quería decir hasta que fuese restaurado Fernando VII?

No es de extrañar, entonces, que los españolistas o enemigos de la independencia propiciaran, en Costa Rica, la adhesión a León (sede de la Diputación Provincial), o al imperio mexicano. Esta disparidad de ideas dio origen, como es sabido, a la división entre imperialistas y republicanos.

Se debe tener presente que el 1 de octubre de 1821, Iturbide comunicó a Gaínza, que para que pudiese mantener su independencia de España, las provincias del Reino de Guatemala debían unirse a México.  Para garantizar esa condición él enviaría un ejército protector a Guatemala, lo que hizo efectivo el 12 de junio de 1822 (Ejército del general Vicente Filisola).

Es a la luz de ese contexto, que debe analizarse el Acta del 29 de octubre de 1821. En esa fecha, en Cartago, presidido por el mismo gobernador Juan Manuel de Cañas, con la presencia, casual, de legados de otros ayuntamientos, convocados para otro propósito.  

Es incuestionable que esta Acta no determina, de ninguna manera, la independencia de la provincia de Costa Rica. Es de carácter local, producto de una reunión del ayuntamiento de Cartago. Además, los miembros de otros ayuntamientos ahí presentes no tenían la debida legitimidad para decidir sobre la materia que versaba esa Acta.  Tanto es así que las poblaciones de San José y Alajuela –republicanas- no le dieron ninguna validez a lo acordado en Cartago.  El caso de Heredia es aparte, pues era más imperialista que Iturbide.

Lo fundamental, sin embargo, es que el Acta del 29 de octubre de 1821 de ninguna manera enarbolaba la independencia, pues se decretaba la independencia de España, para, inmediatamente, anexarse al imperio mexicano.  Es decir, esa decisión debe interpretarse como fiel cumplimiento de la estrategia sugerida por Gaínza a Cañas: ponerse a la sombra de Iturbide como último recurso para mantener el despotismo teocrático. ¿Es esa una declaración de independencia?

Mientras eso ocurría en la bucólica y soñolienta provincia de Costa Rica, Fernando VII seguía conspirando en España, para volver al trono en los términos anteriores a la Constitución de Cádiz.  Eso finalmente lo logró, cuando el 7 de abril de 1823 los cien mil hijos de San Luis cruzaron la frontera de los Pirineos.  Paradójicamente, producto de la tercera invasión francesa en España, en treinta años, Fernando VII fue restaurado como gobernante absoluto.  Poco tiempo antes Agustín de Iturbide era vencido por los que enarbolaban el grito de la independencia que tanto asustaba a Juan Manuel de Cañas.  Y sin que esa noticia se conociera en Costa Rica, aquí tenía lugar la Guerra de Ochomogo –primera guerra civil- la cual puso punto final a los deseos de los imperialistas, nostálgicos del antiguo régimen.

Desafortunadamente no se puso punto final al localismo ni al espíritu de campanario (fuertemente tradicionalista, localista y cerrado) de aquellos que en 1813 recibieron el título de la más noble y leal ciudad, es decir, un premio al vasallaje.  

Definitivamente, el Acta del 15 de septiembre de 1821 no es una declaración de independencia. Pero no hay ninguna duda de que desencadenó un proceso liberador, de que inflamó las ansias de libertad, de que acabó con la sombra de Agustín de Iturbide.